Un día con Teresa en Ponteareas. lo tuvimos el 29 de agosto. Teresa y su marido Gonzalo, son ambos la garantía de nuestra ayuda en Kitwe, Zambia.

Ellos hacen el trabajo duro: La escuela de niños con autismo y a quienes necesitan ayuda para estudiar.

Una labor muchas veces invisible, pero absolutamente esencial para que los proyectos funcionen.

En su día a día se enfrenan a innumerables dificultades, que deben resolver sobre la marcha.

Por eso nuestra ayuda, —la tuya, la de todos los que colaboráis con la Fundación, —es tan importante.

Teresa viajó a España por motivos familiares y aprovechó para hacer una visita relámpago y conocer el Patronato de la Fundación.

Solo dispusimos de un día, el viernes 29 de agosto, de 12:30 a 19:00 horas. No hubo tiempo para organizar un encuentro más amplio —nos hubiera encantado que todos la conocierais—, pero al menos varios de nosotros pudimos saludarla y escucharla.

Miryam y yo la conocimos en nuestro último viaje a Zambia, para visitar la tumbra de José Manuel B. Gándara, el misionero que nos impulsó para crear esta Fundación.

Ahora, Teresa, se ha convertido en nuestra voz allí: Ella está entre dos mundos, el nuestro, el de España, y el de Zambia.

Eso le permite comprende perfectamente las necesidades de allá, y las dificultades de aquí.

Teresa es un testimonio vivo

Ahora casi todos los miembros del Patronato, la hemos podido saludar, y escuchar como testigo de que de ese mundo, que todavía nos parece imposible que siga existiendo.

Lo que aquí nos parece un gran problema, allí resulta mínimo frente a la dura realidad de tantas personas que apenas tienen medios para sobrevivir.

La pobreza que nos hemos encontrado en Zambia, se parece bastante a la que podía existir hace dos o tres mil años.

Cuando nació la Fundación en el año 2000, la esperanza de vida en Zambia era de 46,56. En 2023 alcanzó los 66,35. Aunque sigue lejos de los 84 años que tenemos en España.

Se avanza y ese progreso es posible gracias a personas como Teresa.

Su optimismo, sonrisa y entusiasmo nos contagiarion. Nos transmitió una energía muy valiosa para seguir adelante.

Lo que más nos impresionó fue su claridad para analizar la realidad.

«No se trata de dar una limosa, no de hacerlos dependientes de nuestra ayuda, sino de darles un empujoncito para que salgan adelante y se desarrollen por sí mismos».

Por eso creemos que la educación es la clave. El conocimiento es la herramienta más eficaz para el desarrollo.

Ayudar a que un niño vaya a la escuela es como soltar una piedrecita en los alto de una montaña nevada: al rodar se convierte en una avalancha.

La diferencia es que esta avalancha no destruye, sino que construye un pais.

Cada persona con acceso al conocimiento puede decide su futuro y disponer de medios para alcanzarlo.

Por eso mismo en la Fundación Luskelo siempre apostaremos por la educación.

Con Teresa y Gonzalo y la ayuda de cuantos colaboráis seguiremos alcanzando objetivos y así conseguiremos que un pedacito de nuestro mundo sea mejor.

Jesús Muñiz González

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